lunes, 9 de enero de 2012

EDUCACIÓN PARA LA VIDA SUBDESARROLLADA, O VIDA AL MARGEN DEL SUBDESARROLLO


EDUCACIÓN PARA LA VIDA SUBDESARROLLADA,
 O VIDA AL MARGEN DEL SUBDESARROLLO
Dr. Atilio Laurence Almagia
En la América Latina, el conflicto entre la reforma socioeconómica y la acumulación de capitales para la industrialización ha tomado formas aún más complejas que en los países subdesarrollados de África. Es dogma de fe entre los políticos que el progreso económico en América Latina depende principalmente de la reforma económica con enorme sacrificio de la clase proletariada (para que comprenda la nueva generación, los trabajadores que ganan el sueldo mínimo).
El dogma establece además, que la reforma económica se ve obstaculizada por este mismo poder político que se hace sentir como casi el único poder social, dejando opacado el poder económico y el gran poder dormido de la educación. Hablemos claro: por reforma económica se debe entender redistribución de la riqueza y del ingreso. La realidad acepta todo; ingresos indignos, falta de oportunidades para la generación de egresados de la educación superior. La gran cantidad de jóvenes que no tienen los medios económicos para estudiar, simplemente mueren tras un mostrador, o vendiendo seguros. La crítica de este credo es difícil debido a que, en un sentido u otro, la cultura propia del país acepta tácitamente el modo de vida desigual: un 10% que manejan los hilos laborales y gozan del 90% de las ganancias, mientras que el 90% de la población no alcanza al chorreo monetario y adquisitivo del 10%.
De ahí la ausencia y deceso de cualquiera denominación política que se nombre de izquierda, centro derecha; hoy estas ideologías murieron en el intento de distribuir las riquezas entre toda la gente. Fracasaron en crear un capitalismo popular, pues el pueblo de los pobres viven con el mínimo, sin derecho a voz y con un voto maltrecho que permite la permanencia de aquellos que siguen alimentando la horfandad de ideología que proteja el trabajo, la salud y la educación del 90% de la población. Desarrollo no es sólo coches, comunicaciones, TV por cable, teléfono celular, poblaciones. Desarrollo es educación de calidad, salud igual para todos, jubilación digna, sueldo mínimo acorde al alza del costo de la vida, equilibrio entre la oferta y la demanda laboral. Esto es desarrollo, el resto es demagogía. Jamás nunca se comprenderá el socialismo chileno con el socialismo de Castro, o el socialismo de China con el socialismo de los países de Europa del norte. Hablemos de una nueva corriente política que perfectamente pudiera llamarse “ economicismo en grado sumo”, o más brevemente “ economicismo pragmático” (EP).
Por lo que respecta a inversiones internas, el capitalismo (perdón) el economicismo pragmático, se vuelve naturalmente a inversiones más especulativas, con altos dividendos y períodos de redención más cortos. Estas oportunidades de inversión se pueden asociar con contratos gubernamentales y cierta corrupción política donde los mismos empresarios legislan leyes que no incumben al pueblo ni a los trabajadores de sueldo mínimo. Ilustremos un caso opuesto a corrupción: en un país nórdico, cierto empresario llenaba sus bolsillos en buenos negocios. Este empresario a la vez era legislador. El gobierno le llama y le solicita que decida entre su negocio y el servicio público; decidió por su negocio. No es un problema de coartar libertades, es un problema de ética ciudadana. La desazón de los intelectuales es observar la vida de lujo tipo country club y las barracas en las ciudades que se venden como viviendas sociales. La desazón proviene de la ineptitud para legislar y manejar un pequeño país, con grande posibilidades de desarrollo, no obstante la sombra interesada del subdesarrollo opaca el crecimiento del colectivo con mayores capacidades. Democracia no es igualdad de capacidad personal, ni sueldo igual para todos. Democracia es proponer un piso salarial para que no se produzca el abismo adquisitivo entre un médico y un operario, o un ingeniero y un profesor. La diferencia de vida parte de cada realidad familiar. En este sentido la educación pública debiendo otorgar mayores posibilidades de crecimiento, por el contrario responde al diseño dicotómico de instruir incompletamente a los pobres para el sufrimiento, para agrandar el círculo de la pobreza. En cambio la educación privada forma para seguir reproduciendo el círculo de la riqueza.
La educación para la vida en el subdesarrollo, consiste claramente en la conjugación de varios factores sociales, laborales, educativos, políticos y culturales, que permitan fomentar la pasividad del pueblo frente a cualquiera legislación y a cualquier modo de economía, aunque ésta subyugue a los sectores de menores ingresos. Mientras que la macroeconomía sube en las encuestas internacionales, el poder adquisitivo de la población de menores ingresos, disminuye aún más. Se otorga un reajuste anual irrisorio, se promulgan leyes tangenciales a la reivindicación económica de los más pobres. Se elucubra demagógicamente frente a las expectativas del pueblo, los jubilados y los ancianos. Se mantiene a la fuerza de la ley un sistema de salud y previsión privada y un sistema de enseñanza que dicotomiza la calidad educativa de los estudiantes en dos secciones:
La enseñanza pública-municipal. 2.- la enseñanza privada subvencionada. La primera, radicaliza la enseñanza, privilegiándola ante que el aprendizaje. La segunda, incluye sólo al colectivo pudiente, dejando sin opción a la masa con capacidad intelectual pero sin recurso económico.
De este modo se mantiene el subdesarrollo. La vida al margen del subdesarrollo permite una vida prolongada y placentera. Se posibilita cuando un Estado tiene un gobierno altruista, transparente, humano, intelectual. En donde los que ganan más tributan más y donde los que ganan más proveen la diferencia para aquellos que ganan menos. No obstante aquellos que ganan menos no guardan grandes diferencias con los que ganan más.
Por ejemplo, en un país sin subdesarrollo, el sueldo público de una médica puede ser igual a 100, el de un ingeniero, igual a 100, el de un profesor igual a 100, el de un operario de máquinas, igual a 100.
De este piso fiscal, se suman el sobre tiempo, la especialización por área, la proligidad de la función, la sumatoria en la eficiencia, eficacia, habilidad social, dedicación, compromiso, etc. del profesional. Estos factores agregados son los que determinan alguna diferencia en el ingreso final de cada trabajador. El determinismo salarial no puede ser impuesto bajo ninguna presión profesional, sea esta de aquellas carreras con más prestigio social, o que puedan invocar la misericordia de la gente sin salud. Es lo mismo que de repente el valor del oro se desvalorizara a tal punto que su cotización fuese cero. Nadie compraría oro y las grandes reservas federales en todo el mundo tendrían que modificar el patrón de respaldo económico. Es lo mismo si los que son pobres tuvieran grandes yacimientos de roca bruta, mientras que los ricos poseyeran yacimientos de oro. Se desvalorizara el oro y se valorizara la roca bruta: los pobres acapararían toda la riqueza, transformándose en los nuevos ricos; en cambio los antiguos ricos se empobrecerían absolutamente, pasando a engrosar la fila de los nuevos pobres. Si algún gobierno preguntara por el camino para abreviar el subdesarrollo, la respuesta está basada en alguna de las siguientes premisas:
1.- estructurar un sistema de salud público, igualitario, eficiente de alta tecnología para todos los ciudadanos del país.
2.- Reformar el sistema de enseñanza nacional refundiendo la educación pública-municipal, particular-subvencionada con la educación privada de alto costo, diseñando un proyecto diversificado autónomo por regiones, auto financiado, flexible curricularmente, ductil y maleable administrativamente.
3.- Refundir el sistema previsional privado en el público, dando origen a un nuevo sistema previsional óptimo que considere la jubilación a los 60 años igualitariamente, con un piso reajustable de acuerdo al alza del costo de la vida (jubilación capaz de mantener a 4 personas; dos mayores y dos universitarios).
4.- regulación del concierto laboral, equiparando el flujo de carreras profesionales y la demanda social en el área pública y privada. Vale decir equilibrar el número de puestos de trabajo anual al número de egresados por carrera profesional.
5.- Rediseñar la empresa productiva en módulos de producción regional.
6.- reforma a la economía nacional, basada en las premisas de:
6.1.- importación de tecnología avanzada
6.2.- asistencia técnica interna y externa.
6.3.- financiación regional a la industria.
6.4.- equiparar los niveles de productividad, protegiendo la mano de obra.
6.5.- competir internacionalmente para pagar las importaciones de equipo y capital.
6.6.- disminución a cero el nivel de desempleo.
6.7.- mantener una actitud y un programa sociolaboral coherente con las necesidades humanas y de productividad.
Es económicamente factible pero inmoralmente dable que un profesional, igual que todos los profesionales perciba un sueldo y/u honorarios de 15, 20 ó más millones de pesos, mientras una gran mayoría gana mensualmente el sueldo mínimo y otros se debaten en una pobreza con corbata.
La realidad hoy es indesmentible: el fin de los partidos políticos, las corrientes ideológicas utópicas y el fin de la clase media. Hoy estamos en presencia de ricos y pobres, con intereses distintos y realidades divergentes dentro de un mismo escenario sociocultural.
La apatía política justificada de la juventud todavía no cobra rédito, no obstante en el próximo gobierno se notará una generación descontaminada, con gran interés intelectual y menos apetencia económica.
Estemos alerta a las precondiciones sociales del crecimiento económico. La forma y el ritmo de la actividad económica moderna y la atenuación de la pobreza afectará profundamente a los valores y patrones de comportamiento establecidos (Sayre Schatz, 1966).
Publicado por: Dr, Atilio Laurence el Marzo 14, 2005 06:48 PM

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