lunes, 9 de enero de 2012

BULLYING


BULLYING
Dr. Atilio Laurence Almagia
No existe escuela en el mundo en donde  no se cometa algún acto de “bullying” en contra de algún niño o niña. Tampoco existe trabajo en el mundo en donde no se cometa algún acto de mobbing en contra de algún trabajador o trabajadora[1].

El incremento de la agresión física y psicológica al interior de los establecimientos educativos del país, ha traído como consecuencia un desmembramiento disciplinario y una caída de los valores tradicionales fundados en la familia. Lo mejor de este problema son los diagnósticos que señalan las causales, pero sin embargo ninguna solución aparece en el horizonte[2].

Estamos frente a un fenómeno social con ribetes emocionales, conductuales y comportamentales. Es la enfermedad de “moda” como lo fue los signos de rebeldía extrema en retrato de los “Coléricos” de los años 1960. La diferencia estriba en que la agresión física y/o psicológica de un estudiante en contra de otro, puede alcanzar extremos de violencia de consecuencia fatal. En cambio la rebeldía colérica era un diseño de personalidad que no pasaba más allá de vestir extravagantemente, mascar chicle, hacer la cimarra, fumar a escondidas, rebelarse en contra de los adultos.

No sabemos la conexión entre la delincuencia callejera y el “physical and psychological agression[3]; no obstante alguna de las causales esenciales nos dan pista para determinar el perfil de cómo se genera este tipo de violencia y en qué caldo de cultivo se gesta.

Causas del bullying: La permanente crisis social genera un clima de desconfianza en todos lo sectores de desarrollo humano. La pérdida de credibilidad por el doble estándar de los líderes activa el fenómeno de entropía en las familias y hogares. No sólo la falta de pan gatilla inestabilidad, también la carencia de patrones culturales y axiológicos ancestrales desmoronan la pirámide parental.

La pérdida de valores en la familia causa severos daños a la estructura afectiva de los miembros; en consecuencia los estudiantes alcanzan los topes de agresividad en concomitancia a una pseudocompetividad de poder y fuerza (hablo y pego fuerte).

La naturalización de la violencia al interior de los establecimientos educativos del país, es la muestra fehaciente de una situación casi fuera de control y al borde del caos. Lamentablemente los profesores del sistema han perdido su autoridad, o más bien dicho, se les arrebató la autoridad que tenían frente a los estudiantes y hacia la comunidad.

Desde el momento en que los profesores perdieron la autoridad, la crisis se agudizó y comenzaron los reclamos de las familias y estudiantes al ver desposesionados de rigor a los docentes de escuelas y liceos municipales y también en la modalidad particular subvencionado y privado. En las escuelas no se percibe la amalgama socioafectiva de antaño, en donde el profesor era el centro y alma de la clase y la escuela. El segundo hogar era la escuela y los segundos padres los profesores. Hoy se percibe un ambiente de indiferencia y cierta frialdad que inunda los espacios educativos de los centros escolares. A falta de respeto y disciplina escolar, algunos estudiantes disparan  su agresividad hacia sus compañeros logrando graves consecuencias y daño a la integridad física y psicológica.

Sabemos que la municipalización marcó un antes y un después en el proceso de traspaso del servicio educativo desde el Ministerio de Educación a los Municipios. No fue sólo un cambio de folio o de funciones. Fue el intento de cambiar la mentalidad desde la perspectiva de un Estado docente, preocupado de la formación de los estudiantes hacia un Estado subsidiario, que consistía en delegar todo un aparataje provisto de distintos componente, dentro de los cuales se destacan el recurso humano (profesores, alumnos comunidad), infraestructura (edificios, bibliotecas, gimnasio), tecnología, insumos fungibles, etc. Lo que desconocemos es si este fenómeno influyó de alguna manera en un cambio paradigmático de valores.

No sabemos a ciencia cierta si la municipalización fue el comienzo de la pérdida de autoridad y poder pedagógico de los Profesores, o fueron los tiempos de la postmodernidad que se impuso junto a la globalización y la mediatez de los medios comunicacionales que, de una u otra manera afectan el diario vivir de las personas. Lo que si se conoce y no se ha estudiado con profundidad son algunas causas  como la violencia intrafamiliar, la alteración de la conducta humana y la naturalización de la violencia callejera, que sustantivan de algún modo el comportamiento individual y grupal de los estudiantes.

Un día un niño me preguntó en que se parecía un perro a un hombre; le respondí que ambos eran mamíferos. El estudiante me dijo que no. Se parecían según él porque el perro era agresivo pero fiel; en cambio el hombre era agresivo e infiel. Yo espeté, entonces no se parecen del todo, me respondió, se parecen sólo en su violencia.

El ser humano desde que apareció en la faz de la Tierra, mostró facetas de bondad y de violencia episódica. Al querer demostrar su fuerza y poder, exacerbó el ámbito de opresión castigando a quien se opusiera a sus decisiones. Es posible que en ese instante el hombre comenzara a demostrar la violencia hacia los demás, en especial con los más débiles. Las leyes facilitan la vida humana y frena los excesos motivado por pasiones sin control. 
El bullying al interior de las escuelas y liceos comprueba de alguna manera el fracaso puntual que ha tenido la psicología al momento de intervenir en ayuda de estudiantes violentos. Hace falta una serie de medidas proactivas que determinen el perfil de apoyo tanto con el sujeto conflictivo como en el clima escolar. No se observa un compromiso directo de los profesores y directores con el accionar de los estudiantes.   
Las medidas pasan por el filtro de la:
·         Reflexión
·         La tolerancia
·         El diálogo
·         La disciplina
·         El incremento de valores
·         El empoderamiento del profesorado
·         El perdón social y ético frente a una falta.
La conducta personal adecuada de los estudiantes es el resultado de la formación familiar y del temple basado en la actitud y la herencia. Existen personas más arrebatadas que otras y están proclives a causar algún tipo de problema dentro de sus pares. Los reglamentos disciplinarios de las escuelas no son la barrera natural de contención para los excesos de atropello y bullying. Las siete medidas propuestas pudieran ser un cause natural para incrementar una sana convivencia al interior de las
Para aquellos casos agudos de estudiantes que practican el bullying, es necesario idear y aplicar un programa multidisciplinar de ayuda, al agresor y a la víctima, en donde se acometa un plan inteligente basado en estrategias de counseling y programas Rogeriano de compromiso y respeto al otro compañero más débil.


manifestación
Resultado
Consecuencia
1
Actitudinal
Actitud de desprecio
Daño psicológico
2
Conductual
Conducta agresiva (física/psicológica
Daño psicológico/físico
3
Comportamental
Comportamiento despectivo/dañino
Daño psicológico
4
Gestual
Despectivo/grotesco
Menoscabo
5
Corporal
Castigo de manos/pies/boca
Daño físico/psicológico
6
Verbal
Insulto/amenaza/humillación/gritos
Menoscabo
7
Física
Castigo con el cuerpo
Daño físico
8
Burocrática
Impedir flujo normal de un trámite
Menoscabo
9
Política
Impedir flujo de leyes/perjudicar el medioambiente/perjudicar el desarrollo de la gente
Menoscabo
10
Afectivo
Afectar los sentimientos por medio del castigo psicológico/físico/exclusión
Daño afectivo
11
laboral
Impedir el crecimiento y promoción de trabajadores

Fuente: propia. 2010
"Casi uno de cada cinco niños en edades entre los 8 y 17 años es sometido cada semana a malos tratos en la escuela". Frecuentemente somos testigos de desgraciadas noticias en relación con la violencia escolar. Recordemos la matanza de escolares en Jonesboro (Arkansas) por dos niños de 11 y 13 años en marzo de 1998. Más cercana a nosotros se encuentra la situación tan extrema vivida por Jokin C.L. de 14 años, que harto de las vejaciones de sus compañeros se quitó la vida en Hondarribia el 21 de septiembre de 2004. Niños maltratados por sus propios compañeros de centro escolar. Los ejemplos expuestos son distintos hechos de una misma realidad que es la violencia en las aulas. Se ha oído mucho sobre este tema pero creemos que no se ha terminado de aclarar el concepto. En este artículo pretendemos definir correctamente el concepto de "bullying" y cómo, desde casa, podemos detectar el inicio de un cuadro de acoso fijándonos en algunos detalles que a continuación citaremos. Terminaremos enumerando medidas que pueden tomar para resolver la situación violenta si esta llega a producirse.

Y es que según las mejores investigaciones que tenemos sobre la materia, por poner un dato, en Australia casi uno de cada cinco niños de edades comprendidas entre los 8 y los 17 años es sometido cada semana a malos tratos.
Y otro estudio llevado a cabo por el Grupo de Investigación de la Facultad de la Universidad de Valladolid, el 55 por ciento de los alumnos acosadores sale impune de este tipo de actos.

Según los expertos, el maltrato entre escolares aparece cuando de forma repetida un niño más grande, más fuerte y con más poder que otro comete abusos contra éste o, también si un grupo de niños somete a abusos a otro niño solo. Lo que ocurre es que los malos tratos pueden ser de diversos tipos. Veamos:

  1. Verbales: insultos, humillaciones o amenazas.
  2. Físicos: golpes, zancadillas, pinchazos, patadas, o bien hurtos o estropeo de los objetos propiedad de la víctima.
  3. Sociales: exclusión, difusión de rumores y calumnias contra la víctima.
  4. Psicológicos: acecho, o gestos de asco, desprecio o agresividad dirigidos contra la víctima.
Con lo que acabamos de afirmar rompemos el primer error que se está cometiendo y es, pensar que el maltrato es únicamente físico y/o psicológico. El maltrato entre escolares se diferencia de las burlas, tomaduras de pelo, juegos bruscos y peleas características del patio de colegio en que en el caso del maltrato la conducta es continua y el agresor, por lo general, es más grande, más fuerte y más poderoso que la víctima deben involucrarse tanto con su hijo tímido como su agresor para lograr acercamientos más amistosos y hacerle ver que la violencia es negativa; no deben enemistarse con la familia del niño agresor, porque estaría dando un ejemplo negativo a su hijo tímido. Por último, cabría citar algunas consideraciones hacia los profesores que no deben castigar, etiquetar, rechazar y apartar a los niños "violentos" porque estas actitudes lejos de mejorar su comportamiento alteran la situación; deben conversar con el niño para lograr una mejor comunicación y confianza; y deben vigilar y detectar los cambios de conducta de los alumnos y comunicarlo a los padres.

Cómo saber si un alumno sufre (Bullying Isabel Méndez Benavente)

La mayoría de las veces los padres y profesores  son los últimos en enterarse de lo que les ocurre a los chicos. La vergüenza o el miedo a las represalias son los principales motivos, Si descubre en sus alumnos, alguno de estos signos, actúe, Esperar a que el asunto se arregle sólo, no sirve de nada, Señales de alarma: Indicios. Como  padres debemos estar atentos a:
Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor.
 Tristeza, llantos o irritabilidad.
Pesadillas, cambios en el sueño y /o en el apetito.
Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos.
Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares o personales, gafas, mochila, pantalones rotos, pérdida del estuche, etc. de forma frecuente.
Aparece con golpes, hematomas o rasguños , dice que tiene frecuentes caídas o accidentes.
no quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros
no acude a excursiones, visitas, etc, del colegio.
Quiere ir acompañado a la entrada y salida
Se niega o protesta para ir al colegio.
Indicios: como educadores atentos a:
La relación de los alumnos y alumnas en los pasillos y  en el patio. En el recreo. En el comedor. No olvidemos que los peores momentos se sufren cuando los profesores no están presentes.
Las pintadas en las puertas de baños y paredes (Qué nombres aparecen habitualmente.
La no participación habitual en salidas del grupo.
Darle importancia a las risas o  abucheos repetidos en clase contra determinados alumnos o alumnas
El hecho de pirar en algunos alumnos puede indicar que no quieren acudir por miedo y que no se atreven a decirlo, Sobretodo cuando ese absentismo sea de un alumno que pira solo
Estar atentos a aquellos alumnos que sean diferentes. Por su forma de ser o aspecto físico.
Se queja de forma insistente de ser insultado. Agredido. Burlado...
Si comenta que le roban sus cosas en el colegio o si cada día explica que pierde su material escolar. Les faltan materiales. Libros. Con frecuencia
Investigar los cambios inexplicables de estados de ánimo. Tristeza. Aislamiento personal...del alumno o alumna. La aparición de comportamientos no habituales. Cambios en su actitud: se muestra triste. Poco comunicativo. Lágrimas o depresión sin motivo aparente
Escasas o nulas relaciones con los compañeros/compañeras.
Evidencias físicas de violencia y de difícil explicación, moratones. Rasguños o cortaduras cuyo origen el niño no alcanza a explicar, ropa rasgada o estropeada. Objetos dañados o que no aparecen.
Quejas somáticas constantes del alumno. Dolores de cabeza, de estómago o de otro tipo cuya causa no está clara;
Accesos de rabia extraño
Variaciones del rendimiento escolar. Con pérdida de concentración, Aumento del fracaso
Quejas de los padres que dicen que no quiere ir al colegio.
Y para finalizar esta parte de información antes de pasar a la actuación desde los centros docentes no olvidemos estos consejos que pueden ayudar a los protagonistas de este drama, que no olvidemos que son las víctimas en primer lugar pero también los acosadores y espectadores que necesitarán ayuda urgente. Algunos consejos prácticos que los chicos espectadores  deben saber:
¿Sabías que si alguien que esté presenciando una agresividad dice «¡Basta ya!», en la mitad de los casos se termina la agresividad? Eso es difícil de hacer, pero es importante tratar. Estarse ahí parado y no hacer nada es aprobar la agresividad. Eso te iguala al agresor mismo.
Decirle al agresor que pare, Por ejemplo: «¡para,  ya está bien!». «¡Eso no es gracioso!». «¿Te gustaría que alguien te hiciera lo mismo?» Haz que el agresor sepa que lo que está haciendo es estúpido y malo.
Si sientes que no puedes decir nada, vete del sitio y díselo al  adulto más cercano, Haz que vaya a ayudar, ¡Eso no es acusar!
Si ves a alguien que sufre una y otra vez las agresiones de otros, sea esa persona tu amigo, hermano o compañera de clase, puedes hacer mucho para terminar esa situación.
Si  el colegio tiene un programa de informe de agresiones, como una línea de teléfono especial o un «buzón de agresores», o un mail, úsalo.
Haz que la víctima so lo cuente a sus padres o a un maestro. Ofrécele que vas con ella si eso le ayuda.
Si el acosado no quiere hablar con nadie, ofrécele hablar con alguien en su nombre.
Involucra tanta gente como puedas, incluso a otros amigos o compañeros de clase, a padres, maestros, orientador o director. no  uses violencia contra los agresores ni trates de vengarte por tu cuenta. Es posible que por hablar o ayudar a alguien, hayas hecho que el agresor quiera irse contra ti.
Algunos consejos de urgencia para las víctimas
  • Ignora al agresor, como si no lo oyeras, ni siquiera lo mires.
  • no llores, ni te enfades, ni muestres que te afecta, Eso es lo que el agresor  pretende, no  le des esa satisfacción. Aun si te sientes verdaderamente mal, no dejes que se te note. Más tarde podrás hablar o escribir sobre tus reacciones.
  • Responde al agresor con tranquilidad y firmeza. Di, por ejemplo: «¡no!» «Eso es lo que  tu piensas.»
  • Si puedes, trata de ironizar o tratar con humor lo que te diga. Por ejemplo. «¡Qué pantalones más ridículos!» y tú dices «¡Gracias! Me alegra que te hayas dado cuenta.»
  • Aléjate o corre si es necesario si crees que puede haber peligro. Aléjate de la situación. Vete a un sitio donde haya un adulto.
  • Si eres una víctima permanente de los agresores, «lo más importante» que tienes que hacer es: hablar con un adulto.
  • Comienza con tus padres. Eso no es «acusar». Es pedir ayuda a las personas que te quieren cuando de verdad las necesitas. Haz que tus padres lo hablen con alguien del colegio, no con los padres del agresor
  • Si sientes que no les puedes contar a tus padres o que tus padres no te apoyan de la manera que necesitas, habla con otro adulto en quien confíes: un maestro, el director, el orientador. Si no quieres hablar de ello con nadie a solas, lleva un amigo, hermano. Te ayudará mucho llevar a alguien que haya visto cuando te agreden.
  • Haz que al adulto le quede claro que esa situación te afecta profundamente. Especialmente si eres víctima de «agresiones verbales», porque muchos adultos no consideran graves las agresiones verbales. La realidad es que esta clase de agresiones es la que más puede hacer daño.
  • Si  sientes que no puedes decirle a nadie, trata de escribir una carta contando lo que te sucede. Dásela a un adulto en quien confíes y guarda una copia para ti.
Y siempre recuerda:
  • Tu no tienes la culpa de ser agredido.
  • Tu no tienes que hacer  frente a esta situación sólo
  • Recuerda que no eres el del problema. Es el agresor el que tiene el problema.
  • Trata a los demás como quieras que te traten a ti. Ayuda al que lo necesite, y cuando tú necesites ayuda, alguien te ayudará.
Es por ello fundamental que entre todos tratemos de hacer prevención, manejando toda la información que podamos y sobretodo transmitiendo esa información tanto en la familia como en el centro escolar. no debemos olvidar que el “acosador de hoy puede ser el maltratador de mañana” y que nuestra obligación como padres, profesores y profesionales es evitar que la violencia germine en nuestros niños. Para finalizar me gustaría recordar tres frases de  Mahatma Gandhi activista hindú  de la no violencia que se pueden aplicar a cada uno de los tres protagonistas de este importante problema:
Para el espectador: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena. Para el agresor: La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia . Para la víctima no dejes que muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.  Esta información es un homenaje a Jokin el estudiante vasco que se suicidó en Hondarrabía tras ser sometido a un duro acoso. El escribió la tarde anterior en Internet. «Libre, oh libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies». Solo espero que todos, padres, profesores y especialistas, luchemos  para que nunca, nunca más, un niño tenga que acabar con todo para sentirse realmente libre.


TAXONOMIA DEL BULLYI


Bibliografía
www.isabelmenendez.com
José Mª Avilés Martínez (2001). “Bullying: intimidación y maltrato entre el alumnado”. Bilbao: SteenEilas.
Olweus D. (1998). “Conductas de acoso y amenaza entre escolares”. Madrid: Morata.
Torrego. J. C. (2000). “Mediación de conflictos en instituciones educativas. Manual para la formación de mediadores.” Madrid: narcea.
Cerezo Ramírez F. (1997). “Conductas agresivas en la edad escolar”. Madrid: Pirámide.
Defensor del Pueblo (1999). Informedel defensor del pueblo sobre violencia escolar.
http://www.defensordelpueblo.es/info/estudios y documentos.htm
La convivencia escolar: qué es y cómo abordarla. Sevilla:Consejería de Educación y Ciencia. Junta de Andalucía.
Programa de solución de conflictos interpersonales. Antonio Vallés. Ed: Eos.


[1] Maltrato psicológico y/o físico
[2] Ironía del Autor al comprobar que el problema se incrementa
[3] Agresión física y psicológica

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