miércoles, 20 de agosto de 2014


Mejorando el diseño e implementación de políticas y programas públicos, a partir del diagnóstico actual.
 

Es verdaderamente complejo referirse al tema país contemporáneo en la perspectiva social, educativa, política, económica y cultural. No obstante ello, intentaremos dar un breve panorama sinóptico no gubernamental de cómo se fragua en la cotidianeidad las vicisitudes del esfuerzo versus el desarrollo de algunos sectores de la sociedad chilena.

El aislamiento es un síntoma que llevamos a flor de piel y que entraba en cierta manera la sana convivencia con nuestros vecinos cercanos y lejanos. No sólo la barrera del desierto por el norte, la cordillera de los Andes por el este, el Pacífico, por el oeste;  funciona como un biombo o pared infranqueable que hace difícil el diálogo con los ciudadanos de Latinoamérica. Está demás mencionar que, además de las barreras naturales está la barrera de la desconfianza como símbolo de la más pura insolidaridad nacional.

Los medios  de comunicación de masas informan y desinforman a la vez. Los canales de cobertura territorial cubren en un 95% noticias de la crónica roja y centralista. El crecimiento de la capital es tan escandaloso que a las regiones y provincias se les denomina “resto del país”. Poca es la presencia técnicos, científicos y académicos de regiones en la propia capital; por el contrario, desde la capital se exportan profesionales hacia las regiones. Los programas universitarios se surten sesgadamente desde las universidades con asiento en la capital. Los mejores y mayores presupuestos van quedando en la capital.

Fuente: propia (2012)

Mientras que la producción regional va a parar al desarrollo de la capital. Las ganancias del cobre (el sueldo de Chile), el petróleo, la siderúrgica, la producción agrícola y sus mejores frutos, son aprovechados en la capital y por la gente que habita en la ciudad. Seis son los factores que impiden un desarrollo sostenido en el país.

1)      Preponderancia del capital económico por encima del capital humano: altos impuestos a las personas, bajos impuestos a las grandes empresas. Altos intereses a los préstamos bancarios. Baja empleabilidad. Entropía de la microeconomía.

2)      Deficiente organización del empleo y de la distribución de los sueldos y salarios (fenómeno del 10=90; 90=10)*.

3)      Deficiente calidad de los servicios de salud y de educación.

4)      Inseguridad ciudadana.

5)      Anquilosamiento de la política y del oficio de legislar.

6)      Centralismo exacerbado en detrimento de las regiones.

 

·          El 10% de la población obtiene el 90% de las ganancias, mientras que el 90% de la población obtiene  el 10% de las ganancias.

 

1)      La preponderancia del capital económico por encima del capital humano (+K-H); es una de tónica del país, de cara a los desafíos ingentes que no permiten crecer con equidad. Precisamente el slogan político de la década de los 90: equidad, igualdad y participación, se han transformado en barreras infranqueables para el desarrollo de la sociedad chilena. Hasta ahora ha sido difícil, por  decir imposible, canalizar la productividad con vectores de ganancia orientado a las regiones y al bolsillo de las familias. Hoy por hoy la clase media con corbata es la que mantiene la dignidad del país.
fuente: propia (2012)
 

2)      Altos impuestos; la clase media que no puede adquirir productos del mercado al contado, debe endeudarse con una alta tasa de interés. Las ganancias producto de los intereses acumulados engordan las arcas particulares, empobreciendo el poder adquisitivo del colectivo mayoritario. La baja empleabilidad determina desproporción entre la oferta y la demanda de empleo. Las personas mayores de cuarenta años no consiguen encontrar trabajo, mientras que los jóvenes recién egresados de la educación superior no son contratados a causa de su inexperiencia que no tienen por qué poseer.

3)      Definitivamente la empleabilidad en el país, está en crisis endémica y vitalicia. Ni el Estado ni la empresa privada se hace cargo de la demanda de empleo. Continúa dándose la ecuación 10=90 y 90=10* la empresa no sabe distribuir el trabajo en base a las necesidades recurrentes. Mientras que las ciudades que aglutinan la mayor empleabilidad, son, a la vez, las más caras para vivir.


Fuente: propia (2012)

4)      El sistema de salud público sufre de entropía y desorganización tal que no permite otorgar atención expedita a los clientes que lo necesitan y en el momento que lo requieren. Paralelamente y a partir de la década de los 80, se instauró un sistema privado de salud y de previsión en salud (ISAPRES), como entidades financieras que lucran con la tributación obligatoria de los contribuyentes. Los mismos médicos que atienden por el sistema público, trabajan en salud privada con altos aranceles y fuera del alcance de la clase media. El sistema de educación pública es otro organismo que no responde a las necesidades de la población de clase media y pobre. La disfuncionalidad de su organigrama impide transferir el capital financiero invertido en crecimiento del capital humano, por otra parte cada municipio responde a la realidad de su entorno y los resultados académicos y escolares están sesgados entre rendimiento de las escuelas y liceos rurales y el rendimiento de las escuelas y liceos urbanos. Los escasos valores enseñados en la escuela se desdibuja en la casa y en la calle. Se observa una especie de violencia incubada en el colectivo que asisten a los estadios, en la violencia al interior de las escuelas, la violencia de género con consecuencia de muerte o grave daño, etc. La carencia en salud de la población supera los medios del sistema público. La educación pública no responde a las expectativas de la población más vulnerable. Los estudiantes de la enseñanza superior no tienen educación gratuita y deben endeudarse con créditos de altos intereses. Por otra parte el servicio pedagógico o de enseñanza en las distintas carreras universitarias, son de baja calidad y de largo aliento (cinco a siete años de duración que no se justifica).

Fuente: propia (2012)

5)      La ciudadanía sufre de inseguridad en las calles y en sus propias casas. No existe un plan coherente que permita eliminar cualquier foco de delincuencia nacional. La sensación de la ciudadanía es  que la autoridad aplica “mano blanda a quienes cometen algún delito”.

6)      El anquilosamiento de la política nacional y el oficio de legislar, ha producido mucho daño al desarrollo del país. La gente indignada, elige a los candidatos mientras que ellos no representan el pensamiento de los electores. El país va creciendo a “contramano” por la falencia de una política coherente de respeto cívico (plebiscito y derecho a réplica). Por otra parte, así como existe un nefasto sistema de salud privada, también lo hay en el campo de la previsión de las personas. En la década de los años 80, se implementó un sistema de capacitación obligatoria de cotizaciones previsionales de los trabajadores que, en el momento de su jubilación sus ahorros se le vuelven polvo.

 


        Fuente: propia (2012)

 

El diagnóstico de la primera parte, señala una aparente ingobernabilidad y frustración del sistema societario. Tanto la distopía como la panóptica se apoderan de la sensación ciudadana de insatisfacción de no encontrar un trabajo, o de recibir mala atención del servicio público de salud. Así y todo, la distopía generada desde un sector permite crear un clima de aparente bienestar. El gobierno de turno como los anteriores pinta una panóptica a modo de control general de la situación. Los antivalores se reproducen como callampas en el campo. La soberbia de los políticos, la indiferencia de la clase media, la impotencia de poder replicar la frase de Platón cuando caminaba en la feria local de su pueblo” me encanta disfrutar de los manjares sin necesidad de comprarlos”. Hoy la gente quiere comprar pero no tiene como hacerlo y si lo hace, descuida su ingreso mensual. Cuando los países sufren de anomia colectiva, las leyes que se estructuran en bien de la ciudadanía se anquilosan y ralentizan en detrimento de proyectos sociales. Sin duda alguna que una de las principales característica de quienes dirigen y gobiernan la nación, sufren de un alto solipsismo atesorado desde la época colonial. En suma, para mejorando el diseño e implementación de políticas y programas públicos se hace justo, necesario e imperativo acceder al capital axiológico de los gobernados y gobernantes, a fin de compartir una mesa en donde se expongan todas las cartas sin dejar ni una escondida como hoy. En un país pequeño, con pocos habitantes, con una gran dispersión geográfica (desde el trópico de capricornio hasta la Antártica), con gran potencial industrial, agrícola, manufacturero, etc. Debería alcanzar el estándar prudente de los beneficios y la satisfacción de todos sus ciudadanos.

 

 

·          10=90 y 90=10; como la distribución inequitativa de la riqueza

 

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